Stephen Vizinczey
Por Saturnino Rodríguez Dejando a un lado las calificaciones literarias, nunca ortodoxas, Stephen Vizinczey participa de la misma condición errabunda de un Joseph Conrad o un Vladimir Nabokov, escritores que abandonan su país de origen y también su idioma materno para escribir en inglés, y bien por demás. A Vizinczey se le cataloga, entonces, de esa manera: un novelista húngaro (también crítico y ensayista) que emigra a Canadá a los 23 años y que escribe en inglés. Tanto sus libros como sus opiniones han levantado el polvo de anaqueles y criterios establecidos por el uso y el abuso. Si no, habría que partir de una de sus consideraciones: ¨La mayoría de las novelas que se publican están escritas por gente que no sabe escribir y la mayor parte de las críticas por gente que no sabe leer¨. Lo dice alguien desde la práctica, que arriesga sus ideas y se expone a la luz del sol como blanco. Stephen Vizinczey se ha movido en escenarios como Londres y Nueva York, también como reseñista habitual de libros, y cree que la crítica literaria es la política de la literatura. Y afirma que la literatura, como la guerra y la política, es demasiado importante como para dejarla en manos de los profesionales, dando un espaldarazo cómplice a los lectores de verdad, sin eufemismos. Hablar de que sus obras han sido best-sellers en repetidas ocasiones no aportaría un rasero para medir sus propuestas. Novelas como En brazos de la mujer madura; El hombre del toque mágico y Un millonario inocente dan fe de sus desvelos narrativos. Mientras los volúmenes de ensayo Las reglas del caos y Verdad y mentiras en la literatura lo integran a la polémica; corrido de las normas, tal vez sintiendo, para insinuarlo con sus propias palabras, la angustia del crítico sobre si está distribuyendo el elogio y la censura en las proporciones precisas y correctas.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE UN ESCRITOR
1: NO BEBERÁS, NI FUMARÁS, NI TE DROGARÁS
Para ser escritor necesitas todo el cerebro que tienes.
2: NO TENDRÁS COSTUMBRES CARAS
Un escritor nace del talento y del tiempo.... Tiempo para observar, estudiar y pensar y no puede permitirse el lujo de desperdiciar una sola hora ganando dinero para cosas que no son esenciales. A menos que tenga la suerte de haber nacido rico, es mejor que se prepare para vivir sin demasiados bienes terrenales (...)
Es preciso decidir qué es más importante para uno: vivir bien o escribir bien. No hay que atormentarse con ambiciones contradictorias.
3: SOÑARÁS Y ESCRIBIRÁS; SOÑARÁS Y VOLVERÁS A ESCRIBIR
No dejes a nadie decirte que estás perdiendo el tiempo cuando tienes la mirada perdida en el vacío. No existe otra forma de concebir un mundo imaginario (...)
4: NO SERÁS VANIDOSO
Si crees ser sabio, racional, bueno, una bendición para el sexo opuesto, una víctima de las circunstancias... es porque no te conoces a ti mismo lo suficiente para escribir.
5: NO SERÁS MODESTO
La modestia es una chapuza para la chapucería, la pereza, la complacencia; las ambiciones pequeñas suscitan esfuerzos pequeños. Nunca he conocido a un buen escritor que no intentara ser grande.
6: PENSARÁS SIN CESAR EN LOS QUE SON VERDADERAMENTE GRANDES
"Las obras del genio están regadas con sus lágrimas", escribió Balzac en Ilusiones Perdidas. Rechazo, mofa, pobreza, fracaso, una lucha constante contra las propias limitaciones... tales son los principales sucesos de las vidas de la mayoría de los grandes artistas, y si aspiras a conseguir su destino debes fortalecerte aprendiendo de ellos.
7: NO DEJARÁS PASAR UN DÍA SIN RELEER ALGO GRANDE
No se debe cometer el error de leerlo todo para estar "bien informado". Estar "bien informado" sirve para brillar en las fiestas, pero resulta absolutamente inútil para un escritor. Leer sobre un libro para poder charlar de él no es lo mismo que comprenderlo. Es mucho más útil leer una y otra vez unas cuantas novelas hasta comprender porqué son buenas y cómo las han construido los escritores. Hay que leer una novela unas cinco veces para comprender su estructura, qué la hace dramática y qué le presta ritmo e impulso...
8: NO ADORARÁS LONDRES-NUEVA YORK-PARÍS
Si posees una buena colección de obras de grandes escritores y no dejas de releerlos, tienes acceso a más secretos de la literatura que todos los farsantes de la cultura que marcan el tono en las grandes ciudades. No hay que perder el tiempo preocupándose por lo que está de moda, el tema idóneo, el estilo idóneo o qué clase de cosas ganan los premios. Cualquier persona que ha tenido éxito en la literatura lo ha conseguido en sus propios términos.
9: ESCRIBIRÁS PARA TU PROPIO PLACER
Hace un par de años leí en los periódicos americanos las críticas más duras a una obra de Shakespeare (Medida por medida)... críticas a la obra en sí, no a la representación. Si Shakespeare no puede complacer a todo el mundo, ¿Por qué intentarlo siquiera nosotros? Esto significa que no vale la pena que te esfuerces por interesarte por algo que te resulta aburrido (...)
Ahora escribo solo sobre aquello que me interesa. No busco temas: cualquier cosa en la que no puedo parar de pensar es mi tema (...)
Si te ves a ti mismo, a tu "yo" verdadero, tienes la posibilidad de escribir un libro que agrade a millones. Porque, quien quiera que seas, hay en el mundo millones de personas más o menos parecidas a ti.
Nadie quiere leer a un novelista que no piensa realmente lo que escribe.
10: SERÁS DIFÍCIL DE COMPLACER
La mayoría de los libros nuevos que leo se me antojan a medio terminar. Parece que el escritor se contentó con hacer su trabajo más o menos bien y luego pasó a algo nuevo.
Para mí, escribir empieza a ser emocionante de verdad cuando vuelvo a un capítulo un par de meses después de haberlo escrito. En esa fase lo miro más como lector que como autor y, por muchas veces que hubiera reescrito el capítulo, todavía encuentro frases vagas, adjetivos inexactos o superfluos.
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